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Siempre que tengo la oportunidad de COMPARTIR en DIADA trato de hacer aportaciones  que cumplan una función de prevención en el mundo de la emoción infantil, y ya de paso todos los mayores que sabéis  leer entre líneas os encontráis con el niño que fuisteis.

Pero hoy quiero hacer un DIADA COMPARTE para todos, hoy quiero hablar de una emoción  y del manejo de la misma. Se trata de la RABIA.

RABIA, IRA, COLERA, AGRESIVIDAD, cada una de estas definiciones tiene diferentes connotaciones y pueden ser definidas como manifestaciones de un estado interno displacentero que nos lleva a la acción (que nada tiene que ver con la agresión) o al bloqueo ( si aprendimos a reprimirla).

¿Cuántas veces no has puesto freno a eso que te dañaba?,¿Cuántas veces has estado expuesto a la opinión del otro como si de él dependiese tu valor?,¿Cuánto has enfermado por no decir aquello que sentías ?,¿Cuántas veces te has quedado bloqueado e indefenso ante la agresividad del otro?¿Cuántas veces te has descontrolado para después llenarte de culpa y arrepentimiento?¿Cuantos mensajes despiadados y agresivos te has dado a ti mismo?.

Cuando nacemos la sabia naturaleza nos regala una potente herramienta diseñada con precisión para protegernos, activarnos hacia aquello que deseamos y auto determinarnos se trata de la RABIA (o cómo vosotros deseéis llamarla). En el camino de nuestra vida aprendemos a manejarla basándonos en nuestras experiencias tempranas con nuestras figuras de apego (padre, madre, cuidadores). Dependiendo de cómo nos vaya en este proceso dinámico en el que tenemos que encontrar el equilibrio entre estar en el mundo sin dañar y sin dañarnos, respetando el espacio y la integridad de los otros y el nuestro propio, lograremos vivir una vida más o menos saludable  y crearemos vínculos más o menos sanos.

Podría escribir páginas y páginas sobre todas las versiones que hemos encontrado los seres humanos para amargarnos la vida mediante el incorrecto uso de esta emoción. Pero hoy voy a compartir unas sencillas cuestiones que os ayudaran a poner luz sobre la forma en la que os relacionáis y utilizáis vuestra rabia.

  • Revisa cómo se expresaba en tu familia de origen el enfado, la rabia. ¿ Había permiso para expresar el desacuerdo?. ¿Quién era el portavoz de la rabia en la familia? ¿Cómo te sentías ante el enfado de tus padres?
  • ¿Cómo expresabas tu enfado en tu niñez? Recopila información sobre aquello que te generaba frustración y cómo la manifestabas.

CUIDADO. En ocasiones puede haber confusión, cuando la rabia está vetada porque hay una figura muy agresiva  (rabia descontrolada) en casa se puede convertir en MIEDO y reprimirse, o cuando los adultos reaccionan con tristeza y rechazo podemos aprender a negarla para garantizarnos el amor de nuestros padres. Ejemplo “mamá se pone muy triste cuando tú te enfadas”.

Muchas veces habréis oído esa clásica frase “eras taaan bueno”, “todo te venía bien”, “nunca te quejabas”. Esto os tiene que activar todas vuestras alarmas, para preguntaros ¿qué me pasaba a mí que no me podía enfadar? .Los niños tienen que fortalecer su YO y eso sólo se logra a través de confrontarse con el mundo, enfadándose, frustrándose, revelándose ante el deseo del adulto etc.

Otras veces escuchamos “te pasabas la vida enfadado con el mundo”, “todo lo que no te cuadraba te ponía de mala leche”.  Igual que el primer ejemplo pero en el otro extremo. Aquí os tendréis que preguntar que os ha pasado con los límites y cómo os lleváis con contener vuestros impulsos.

  • ¿Dónde siento que está lo que me daña? ¿ fuera o dentro de mí?.

Esta pregunta os ayudará a saber si necesitáis regularos y manejar vuestra rabia en la relación con el mundo o en la relación con vosotros mismos. En ocasiones somos nuestro peor enemigo y tenemos que aprender a tratarnos con más respeto y cariño y ponernos limites internos para protegernos externamente Ejm: alguien que siente que hace las cosas mal, o no es merecedor de.., permite que los otros le traten como tal.

En otros casos tendemos a sentir que lo agresivo esta fuera de nosotros “el mundo está contra mí” y nos defendemos constantemente perdiendo la responsabilidad sobre nuestra propia vida. En este caso necesitaríamos limitarnos y regularnos para no dañar nuestro entorno y por extensión a nosotros mismos

  • ¿Cómo me relaciono hoy con mi rabia/enfado? ¿Cómo lo expreso? ¿Cómo canalizo mis frustraciones?.

La cuestión no es no sentir RABIA es sentirla y ponerla a nuestro servicio a través de lo que Rosenberg llamó la #COMUNICACIÓN NO VIOLENTA.

Si no tuviste la oportunidad de aprender en tu niñez a manejar tu frustración/rabia y aun hoy estas pagando las consecuencias diarias del mal manejo de ésta, TRANQUILO la habilidad de manejarla se puede aprender. Existen cursos de comunicación no violenta, resolución de conflictos, y por supuesto siempre existe la opción de revisar todo esto en un proceso de psicoterapia.

NO podemos elegir como sentirnos pero SI como manejar lo que sentimos. Un buen manejo de nuestra enfado nos convierte en personas más, asertivas, influyentes y equilibradas