NO sentirnos dignos, NO sentirnos merecedores… El autosabotaje es la forma adulta con la que recordamos la experiencia infantil de habernos sentido abandonados.
Estas dos sensaciones del autosabotaje, están en la base de la depresión y forman parte de una configuración muy temprana en la que, en lugar de sentir el calor y la presencia de nuestros padres, contactamos con frío y confusión.
NO HACE FALTA HABER CRECIDO EN UNA FAMILIA “CHUNGA” esta tremenda herida se puede forjar en las “aparentemente” mejores familias. Basta con haber tenido:
- Progenitores con carencias afectivas, inmaduros emocionalmente.
- Progenitores muy ocupados que no saben estar en presencia con nuestras necesidades. Ya sea por trabajo, o por una enfermedad física o psicológica, que les mantiene encerrados en su urgencia, en su necesidad.
- Progenitores desbordados por una situación externa y con falta de recursos personales para regularse a ellos y a sus hijos ante el impacto.
- Progenitores enfrentados y preocupados de lidiar su batalla a través de la instrumentalización de sus hijos.
El autosabotaje se va cociendo a fuego lento en nuestra identidad infantil para operar en buena parte de nuestra vida adulta.
¿Cómo? No permitiéndonos prosperar en el plano curricular/laboral, empobreciendo nuestras relaciones personales, aislándonos del entorno, truncando proyectos de crecimiento, etc.
Las personas con este tipo de herida se doblegan para obtener el amor y la presencia del otro, renunciando a sus propios intereses, gustos o deseos. Salvar la relación está por encima de salvarme a mi. De esta manera se terminan mimetizando con los otros, para evitar cualquier tipo de conflicto.
¿Y qué sucede? Pues que a nadie nos gusta estar con una copia de nosotros mismos (a no ser que sea un trastorno narcisista). Lo que es igual: nos termina por aburrir o perdemos la confianza porque no aporta valor, no hay determinación. De esta forma terminan cumpliendo su profecía auto cumplida “NO MEREZCO NADA”, “TODOS ME ABANDONAN”.
En su entrega total y absoluta al otro, surge la eterna queja “NUNCA NADIE DA TANTO COMO YO”. Así es como traducen su incapacidad para poder PEDIR, no saben formular demandas, y se difuminan en una concepción muy infantil del encuentro: que «el otro» adivine lo que yo necesito. Además, si no pido no me expongo a que el otro me diga que no.
Finalmente y como parte de todo esto, la inseguridad en el autosabotaje se convierte en algo extremo, si no hay aprobación de un tercero. Por lo tanto, el principio de autonomía está muy comprometido, y se asustan mucho.
– Cuando una relación saludable le ofrece LIBERTAD, él/ella interpreta DESAPEGO/ABANDONO.
– Cuando se trata de CONFIANZA, la persona herida siente DISTANCIA.
La heridas de abandono generan un dolor intenso y casi constante.
Si tenéis pupa de esta…
Tú no elegiste a tu familia, tú no pudiste hacer nada ante las dificultades de tus padres. Pero hoy puedes elegir. Puedes empezar por habitarte, conocerte y reconocerte. Investigar sobre aquello que te gusta, que te hace feliz a TI. NO ERES MÁS NI MENOS QUE NADIE, y por eso eres especial, porque eres ÚNIC@ como todo el mundo. La existencia no admite copias ni representantes. Sé que te asusta, pero créeme, el camino de vuelta a ti puede ser una aventura apasionante. No hay nada malo en ti. Aprende a ser lo que viniste a ser. Nada ni nadie puede hacer eso por ti, y hay mucha gente deseando disfrutarte de forma genuina.
Si sois padres…
¡NO NOS ENGAÑEMOS! Los niños necesitan calidad, cantidad y honestidad. Si queremos que se sientan IMPORTANTES, debemos darles PRESENCIA. Si queremos que se sientan DIGNOS, debemos PRIORIZARLES. Si queremos que todo esto impregne su cuerpo, y se grabe en su corazón, debemos ser lo que somos y no “parecer» lo que deberíamos ser.
CYNTHIA SANTACRUZ