Aprovechando la inminente inauguración de la Escuela de las Emociones que dará comienzo esta semana en Diada, he querido plasmar en este texto los pilares en los que se sustenta este grupo terapéutico donde se pretende favorecer en los niños y niñas la inteligencia emocional: Las 4 acciones imprescindibles en la educación emocional.
¿Qué necesitan de nosotros (padres, madres, educadores, terapeuta, etc.) para que los niños y niñas desarrollen las competencias emocionales indispensables para la vida?
Cada vez es más visible en el mundo de la educación y la crianza la importancia de educar seres competentes emocionalmente. Estamos aceptando que la inteligencia emocional es indispensable para la vida. Es la base para el éxito personal y profesional. Es la base del aprendizaje. Que un niño o niña sepa más o retenga más datos, sea el más rápido, más obediente o saque mejores notas, no es lo que le hará llegar más lejos. No, si lo hace desconectado de una parte esencial de quién ES. La emoción y el sentir forman parte de nuestro SER humanos.
E- MOCIÓN significa energía en movimiento. La energía que nos impulsa a movernos. Las emociones son nuestra brújula interna que nos permiten cuidarnos, protegernos, relacionarnos y adaptarnos a nuestro mundo cambiante e impredecible. Somos movidos por el amor, la pasión y la alegría, es a través de ellas que nos relacionamos y experimentamos la vida.
El miedo nos ayuda a protegernos, la rabia a reafirmarnos y defendernos, es la energía que nos impulsa a conseguir nuestros objetivos. La tristeza nos ayuda a, despedirse, soltar y re-generarnos para volver a empezar en este mundo como digo cambiante y oscilante.
La razón nos ayuda a regular y canalizar todas estas emociones para ponerlas al servicio de la vida.
En las cuatro acciones, competencias y habilidades que nombro en estas líneas toman protagonismo razón y emoción, ambos integrados de la mano para que los niños y niñas se encaminen a:
- SABER QUIÉNES SON, reconocerse y aceptarse por quiénes son TENER AUTOESTIMA.
- Reconocer y aceptar lo que SIENTEN: SABER LO QUE NECESITAN.
- Regular y gestionar lo que sienten: ESTAR ATENTOS, RELAJARSE, CONCENTRARSE
- Expresar con palabras lo que sienten: RESOLVER CONFLICTOS en el día a día.
Las Cuatro competencias de la Inteligencia Emocional / Las cuatro acciones de la educación emocional
Las competencias del Corazón: Favorecidas por nuestro cerebro emocional
- YO PERCIBO: Las emociones son sentidas en el CUERPO por medio de sensaciones y percepciones. Estar en contacto con el cuerpo es un paso primordial para el reconocimiento emocional. Tenemos una magnífica habilidad para estar en la mente, pensando, pensando y pensando y es lo que nos aleja de HABITAR nuestro cuerpo y percibirlo. A veces es cuando enfermamos cuando tomamos contacto con él y ésta es la forma que tiene de avisarnos de que quizá no estábamos cubriendo una necesidad esencial para nosotros.
- YO SIENTO: No podemos gestionar nuestras emociones sino estamos en contacto con ellas y las dejamos sentir, si escuchamos lo que nos quieren comunicar y hacia donde nos quieren dirigir. Detrás de cada emoción hay una necesidad. Cada emoción requiere que hagamos algo para adaptarnos al ambiente. Miedo: Protegernos: alegría expandirnos, enfado: defendernos o determinarnos, tristeza: ir hacia dentro, soltar, descans, etc.
¿Qué dos acciones por parte de los adultos favorecen ésta competencias en los niños y niñas?
- Déjame Moverme: Facilitar el movimiento en los niños y niñas les ayuda a mantener el contacto con su cuerpo. En espacios amplios de la naturaleza pueden correr, saltar, tocar, balancearse, explorar y experimentar diferentes percepciones y sensaciones. Especialmente a través del sentido del tacto se favorece esta conexión cuando el niño juega con los elementos de la naturaleza, la tierra, el agua… etc., o es tocado y acariciado por sus cuidadores, de esta forma el niño se siente así mismo y a la vez toma conciencia del ambiente que le rodea.
- Déjame Sentir: Los niños y niñas son mayoritariamente emocionales. Su cerebro es como una casa en construcción. Su cerebro reptiliano funciona a pleno rendimiento y es el encargado de procesar las emociones intensas como el miedo y la ira. Las partes más racionales y reflexivas del cerebro no empiezan a activarse hasta los tres años y no acaban de desarrollarse hasta los veintiuno. Muchos de los comportamientos de los niños, tienen que ver con impulsos emocionales y son asumidos como portarse mal o desobediencia. Es importante asumir con consciencia que los niños son seres dependientes que necesitan protección y valoración y SIENTEN para reafirmar su identidad y para expresar lo que necesitan y aún no están maduros para expresarlo de una forma reflexiva y adulta.
Las competencias de la razón: Favorecidas por nuestro cerebro racional
- YO REGULO: No es la emoción que sentimos es lo que hacemos con la emoción que sentimos. Y aquí cumple una función muy importante nuestro cerebro superior el neocortex. Es la parte del cerebro que se encarga de una gran lista de destrezas relacionales y emocionales entre las cuáles se incluye la reflexión, la comprensión y la regulación de las emociones. También en ella se encuentran las habilidades para atender y concentrarse siempre y cuando el cerebro emocional esté regulado. Si nuestra razón juzga lo que el corazón siente, las emociones y sobretodo las más desagradables quedan descontroladas desestabilizándonos. Observar, estar presente con atención plena, validar y comprender el sentir, respirar… Son algunas de las habilidades de esta parte del cerebro que permiten la regulación.
- YO EXPRESO: Poner palabras a lo que sentimos. Es otra de las habilidades de nuestro cerebro racional. Expresar nuestro sentir es expresar nuestra verdad y por lo tanto nuestros derechos, deseos, anhelos y necesidades. Si hemos validado y regulado la emoción la podemos expresar de una forma adaptativa, resolver conflictos y diferencias, llegar a acuerdos y tomar decisiones.
¿Qué 2 acciones por parte de los adultos favorecen ésta competencia en los niños y niñas?
- Dame Tú presencia. Lo que regula las emociones más intensas como la rabia o el miedo es la presencia, es decir, estar presentes ante su sentir y ofrecerles la protección ante el miedo y la comprensión ante su rabia. Más rabia o más miedo no regula, desprotege. Conexión, Compresión y calma, tranquiliza. Dado que su cerebro está en desarrollo necesitan de un neocortex adulto auxiliar que les ayude a comprender lo que les está ocurriendo. Las partes más reactivas del cerebro se calman cuando perciben por medio de la comunicación no verbal una mirada de comprensión, consuelo y seguridad.
- Nombra lo que siento. Mediante el simple hecho de nombrar la emoción se nota que el niño o niña comienza a tranquilizarse. Cuando atribuimos con una palabra lo que se siente, se procesa la emoción, lo cual permite a la parte reflexiva y analítica del cerebro asumir el control. Es así como podemos cultivar la empatía, la comprensión y aceptación de los límites del ambiente, el dialogo respetuoso, la negociación o la elección de las decisiones más oportunas que les permitan relacionarse con el mundo que les rodea de la manera más armónica y adaptativa.
En nuestra Escuela de las Emociones se potenciarán todas estas habilidades y se practicarán todas las acciones imprescindibles mediante el movimiento, el juego, dinámicas vivenciales el teatro y por supuesto el contacto con la naturaleza.
«Educar la mente sin educar el Corazón No es educar en absoluto» Aristóteles.
Anuska Linares