Como sabéis tengo dos hijas pequeñas, (5 y 3 años) y mi vida y tiempo libre transcurre en gran parte entre parques, zonas infantiles, etc. Y veo una y mil veces a mi alrededor como avanza la tragedia de los “NIÑOS ON-LINE”. Estos contextos NO son mi consulta, no puedo decir, ni opinar, pues sería una intrusión en la elección de la familia. Pero os aseguro que se me cuesta horrores morderme la lengua y no decirles: «Por favor, no le dejes el móvil «.
La exposición temprana , así como la sobre-exposición a la tecnología:
- Dificulta el desarrollo de la atención sostenida. Y la va a necesitar para desarrollar las destrezas escolares.
- Inhibe el sistema de implicación social. Y lo va a necesitar para vincularse y disfrutar de las personas que le rodean.
- Disminuye la tolerancia a la frustración y la capacidad de postergar los estímulos. Y créeme, la paciencia y la fortaleza interna se forjan en esas dos habilidades.
La mayoría de las veces, el deseo irrefrenable de los más pequeños por jugar con el móvil o ver vídeos en la tablet no habla de tener un hijo/a “vicioso/a”; más bien informa de un niño/a que necesita más VIDA OFF-LINE. Más presencia de juego con sus padres. Más contacto con la naturaleza. Más experimentación. Más actividades no guiadas que le permitan aburrirse y reinventarse. Y sobretodo, más VIDA y menos PANTALLAS.
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Cynthia Santacruz.